El Ford RS200 nació con el simple objetivo de homologar el RS200 de competición, cuya actuación en el Grupo B fue breve, pues el RS200 se estrenó cuando el Grupo B daba sus últimos coletazos en la temporada de 1986. Ford tenía que construir 200 unidades de calle, que compartían con el coche de competición su mecánica y aspecto exterior, con la única diferencia de un interior algo más “lujoso”.
No penséis que lujoso quería decir que contase con más confort y mejor equipamiento tecnológico, ya que tan solo se diferenciaba del modelo de competición por incorporar moqueta, alfombrillas y un equipo de sonido. El Ford RS200 era una máquina de altísimas prestaciones, con un chasis monocasco de acero sobre el que se montaban varios subchasis tubulares y una carrocería construida en acero, kevlar y fibra de carbono.
Este montaba un eficaz propulsor 1.8 Cosworth BDT que desarrollaba 250 CV en su configuración de calle, sobrealimentado por un turbocompresor. Las versiones de competición llegaban a desarrollar hasta 450 CV de potencia. Ford pensaba introducir en la temporada de 1987 un RS200 Evolution, cuya potencia en configuración de competición podía llegar a los 815 CV. Su gran potencia y el comportamiento de estos autos, los convertían en maquinas muy peligrosas, ya que ni los pilotos más experimentados eran capaces de domarlos al completo, y varios RS200 sufrieron graves accidentes en competición.
Uno de los más dramáticos accidentes del Grupo B tuvo como protagonista a un RS200, y se saldó con el fallecimiento de tres espectadores en el Rally de Portugal de 1986. A pesar de su tracción total y sus autoblocantes, eran coches ligeros, de escasa batalla, y extremadamente nerviosos. La prohibición del Grupo B dejó a Ford con 20 unidades de calle del RS200 Evolution producidas, que estaban equipadas con un motor Ford-Cosworth BDT-E, de 2,1 litros de cilindrada y entregaban una potencia de 450 CV de calle, siempre con cambio manual de 5 relciones.
Ford potenció esta unidad en concreto hasta los 600 CV, la cual fue vendida a un magnate texano del petróleo, y su familia. Tras su fallecimiento en 1997, lo vendió al fundador de la DirtFish Rally School en Seattle, que lo pone a subasta actualmente. Gracias a la exclusividad con la que cuenta este modelo, se espera obtener entre 475.000 y 675.000 dólares en Amelia Island, evento en el que este RS200 Evolution será subastado.
Junto a este auto, el afortunado propietario que se lo lleve a casa, también recibirá un curso gratuito de rallyes, aunque no creemos que este exclusivo Ford vaya a pisar ningún camino de tierra, más bien lucirá en algún garaje de ensueño junto a otras joyas.
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