BMW Serie 7 2009, primer contacto

Manejamos el nuevo BMW Serie 7 en Dresden, Alemania. El buque insignia de BMW ahora es más ...
13/10/2008

Javier Fueyo

Para quien no tenga el recuerdo tan fresco, fue la saliente generación del Serie 7 la que marcó el inicio en era Bangle en materia de diseño. Sus trazos polémicos y arriesgados dieron mucho de qué hablar con el paso del tiempo, tanto que se convirtió en ejemplo de muchos pero ganó el rechazo de otros. Ahora las cosas son diferentes. Si bien Chris Bangle sigue al frente del área de diseño en BMW, el nuevo Siete luce mucho más maduro y conservador. No pierde ni un ápice de agresividad pero gana mucho en refinamiento, tanto en el exterior como en el interior.

A simple vista parece tan sólo un facelift del modelo actual, pero si lo observamos a detalle, encontraremos contundentes diferencias en las fascias, los faros, las puertas, la cintura y más evidentemente, las calaveras y tapa de la cajuela. Al ser el más nuevo en su exclusivo segmento, se nota claramente más joven que el Audi A8 y el Mercedes-Benz Clase S, sus principales rivales. Por su parte, el interior presume incluso más cambios que el exterior. Para empezar se hace de lado el clásico minimalismo de la marca a favor de una mucho mayor riqueza en los materiales. Es mucho más suntuoso que antes y ahora hay piel en el tablero, aluminio y maderas exóticas al por mayor.

El espacio sigue siendo muy abundante y los pasajeros podrán disfrutar de una interminable lista de gadgets: cámaras de visión lateral, asistente para cambio de carril, sistema de visión nocturna, cruise control con radar, pantalla a color de 10 pulgadas, interfaz iDrive con disco duro y controles más intuitivos, reproductor de DVD y receptor de TV con pantallas dobles, lector de velocidad máxima en carreteras, asientos delanteros y traseros con ventilación, calefacción, masaje y ajuste eléctrico con memorias, cámara trasera y la posibilidad de ajustar la respuesta del bastidor en cuatro modos diferentes: normal, comfort, sport y sport+.

Las versiones que se venderán en Estados Unidos serán 750i y 750Li; que montan un motor completamente nuevo dentro de la gama Serie 7. Están impulsadas por un nuevo V8 de 4.4 litros que llega a los 407 HP; suficientes para permitirle acelerar hasta los 60 mph en menos de seis segundos al nivel del mar. El nuevo motor tiene un doble turbocompresor e inyección directa de combustible. La única opción de transmisión es una caja automática de seis velocidades que tiene la palanca en la consola y no en la columna de dirección, como antes.

Durante la prueba de manejo, la versión que condujimos fue un 750Li, que presume una carrocería 140 mm más larga que en la versión “corta”. Dichas medidas se traducen en un abundante espacio para las piernas de los pasajeros traseros. No obstante, la excelente puesta a punto del bastidor sumado las mejores autopistas que existen en el mundo, ocultan muy bien el tamaño y peso del 750Li. Lograr la máxima velocidad en la Autobahn (está limitado a 161 mph) es cuestión de segundos, transmitiendo siempre una elevada dosis de seguridad y el aplomo de un tren de pasajeros; es todo un tourer.

Aunque la gama de precios del Serie 7 no se ha definido aún, debería de arrancar en una cifra más alta de los 76,800 dólares, el precio actual para la versión anterior del 750i. No hay que olvidar el anuncio que hizo BMW en agosto, según el cual el precio de los modelos de la línea 2009 sería alrededor de un 2.1 por ciento más alto que la gama 2008.

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