Chevrolet Cobalt LS XFE Coupe: Prueba a fondo

Podrá ser acusado de poco glamuroso, sobrio y anticuado, pero si hay algo que no se puede ...
20/04/2009

Javier Fueyo

Con su recambio casi a punto –el Chevrolet Cruze llegará el año que viene como modelo 2011-, el Cobalt vive sus últimos días de ejemplar al borde de la extinción. Desde su lanzamiento en 2005, GM apenas ha retocado el auto, dando como resultado, con el paso de los años, un modelo muy común y algo anticuado. De hecho, por ejemplo, es uno de los pocos modelos de su segmento que no cuenta con ABS de serie. Cuando parecía que la compañía no iba a realizar ningún cambio de enjundia llegó el año 2008 y la subida de los precios de la gasolina. GM decidió entonces incorporar un conjunto de soluciones para el ahorro de combustible, denominadas XFE, tanto a las carrocerías coupé como sedán, en un último intento de incrementar su volumen de ventas.

El primer paquete XFE (Xtra Fuel Economy) llegó a la familia Cobalt en 2008. Para el modelo de ese año, GM decidió montar un motor de cuatro cilindros, 2.2 litros, 148 HP, transmisión manual con un ratio final de 3.74:1 y neumáticos de baja resistencia al rodamiento. El resultado final en términos de consumo de combustible fue sobresaliente de 24 mpg en ciudad del Cobalt convencional se pasó a 25 mpg, y de 33 en autopista a 36 mpg.

Para el modelo 2009, GM ha continuado trabajando en esta tecnología para el ahorro de combustible. Mantiene el mismo cuatro cilindros de 2.2 litros, pero le incorpora la apertura variable de las válvulas, que además de mejorar la eficiencia de la combustión incrementa la potencia en siete caballos. Asimismo, el ratio final de la caja de cambios de cinco velocidades también varía (ahora es de 3.63:1). Mientras el mpg en ciudad medido por la EPA continúa siendo de 25 mpg, el de la autopista mejora: 37 mpg. Si exceptuamos al Smart Fortwo, el Cobalt XFE, sedán o coupé, es el auto de gasolina que mejor economía de combustible tiene en highway, en estos momentos, según datos de la EPA.

Respuesta aceptable
No vamos a negar que el Cobalt XFE LS coupé fue un auto que nos dejó indiferentes por la desnudez de su interior, la ausencia de amenidades tecnológicas y por una figura más bien anodina, sólo alegrada por la presencia de un opcional spoiler trasero. La unidad probada venía en el acabado más básico de la familia, el LS, y a la simple dotación de serie que le corresponde, sólo añadía como elementos opcionales el mencionado spoiler y  unas alfombrillas. De hecho, nuestro ejemplar tenía un precio marcado de 16,860 dólares (con gastos de envío incluidos), sólo 530 dólares más que la tarifa MSRP.

Sin ningún gadget eléctrico, con una capacidad de almacenaje limitada, una consola central exigua y una tapicería de apariencia anticuada, el Cobalt nos pareció un auto abandonado a su suerte a la espera de su defunción definitiva. Sin embargo, esta percepción cambió totalmente cuando giramos la llave de contacto. En seguida, el bueno del Cobalt coupé te hace sentir simpatía ante tanta falta de atributos. Su entrega a la causa es honesta. “Esto es lo que hay”, parece querer decirte, “pero lo que tengo lo entrego sin miramientos y además cuesto sólo 16,000 dólares”

La respuesta de su motor con tecnología XFE es suficiente. Sube de vueltas consistentemente y la entrega de torque de 150 libras-pie resulta lineal. Sus 150 HP pueden ser bien aprovechados bien gracias a un peso contenido de 2,817 libras, a una caja de cambios briosa y con una palanca de inserción bastante precisa, a una dirección que apunta el morro del vehículo exactamente donde le decimos y a unas suspensiones con un tarado que, sin llegar a ser firme, sujetan excelentemente la carrocería y filtran sin problemas cualquier irregularidad. Su rodar resulta ágil y, a la vez, cómodo y esta forma de desenvolverse en la carretera lo hacen merecedor de una mención especial entre sus principales competidores, Civic, Corolla o Focus. Además, hace el 0 a 60 mph más rápido que todos ellos y resulta más barato.

En su contra, cabe resaltar que sus neumáticos Continental de bajo rozamiento tienen una tendencia natural a chirriar en los giros pronunciados y que las distancias de detención no están de acorde a las de sus rivales, sobre todo con la falta de ABS.

La unidad de pruebas fue suministrada por Prestige Auto para su evaluación. 

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