Javier Fueyo

La evolución natural de los autos va más allá de una mayor carga tecnológica o un equipamiento más nutrido. También afecta sensiblemente a las dimensiones y, en el mejor de los casos, al refinamiento. Es justo lo que ha pasado con el benjamín de Chevrolet, el Cruze, cuya orientación de auto global de GM (llega para reemplazar al Lacetti) le obliga a integrar lo mejor de los mercados más importantes del orbe en un solo paquete.

Dimensiones y diseño del Chevrolet Cruze

Para empezar es un auto de mayor tamaño, ya que la longitud alcanza los 4.6 metros que, como dato curioso, era la media para los sedanes medianos hace algunos abriles. Con ello, presume una figura que nos habla de un auto con cierto carácter aspiracional, encabezado por el estilizado y grande frontal, que incorpora el ADN de los productos más recientes de GM. También es un coche muy alto, lo que contribuye a que las ruedas de 16 pulgadas que monta (como en las fotos) luzcan incluso pequeñas. El costado es algo más simple que el resto, rematado por una trasera de cajuela corta que, según sus diseñadores, le aporta un aire de coupé gracias a la pronunciada inclinación del medallón. En este caso, las formas no afectan la capacidad de la cajuela.

Interiores del Cruze

En el interior las cosas también son agradables y muy convincentes, gracias a materiales y ensambles que lucen sólidos. No hay ruidos parásitos y aunque se emplea una totalidad de plásticos duros, la sensación general es de mucha calidad. Tiene además detalles que agregan originalidad como la iluminación azul de los indicadores y la aplicación en el tablero de vestidura como la que recubre los asientos.

Por su parte, la posición de manejo es buena, mientras que los asientos son amplios y suficientemente cómodos; el soporte lateral y para la espalda es regular, pero acorde a lo visto en la media del segmento. El espacio para piernas también es competente en ambas filas. Otro aspecto a destacar es el equipamiento, al menos en las versiones que se comercializan en Europa. La versión que ilustra estas páginas (y que pudimos manejar en un escapada a Madrid) se denomina LS+, y monta de serie equipo eléctrico, computadora de viaje, climatizador, faros de niebla, rines de 16”, 6 bolsas de aire, ABS y control de estabilidad (ESP), entre otros. Éstos últimos son de serie en todas las versiones, incluyendo la más “austera”, algo que ojalá se repita en nuestro mercado y no como ocurre en otras marcas, donde conservan sólo rines, quemacocos y estéreo, dejando la seguridad como un lujo por el que hay que pagar extra.

Motor conocido para el Cruze

Bajo el cofre del nuevo sedán global de GM habrá varias opciones de motor, incluyendo diesel de última hornada. No obstante, lo más seguro es que a nuestro mercado llegue sólo el de gasolina más potente.

Hablamos de un 1.8 litros de 141 HP que, al menos inicialmente, estará disponible con una caja manual de cinco velocidades; más adelante llegará una automática de seis. Con este tren motor, el Cruze no provocará ningún infarto si aceleramos a fondo saliendo de un semáforo, pero será suficiente para mover con cierta soltura al auto en ciudad y mantener sin problema ritmos de 75-90 mph en la autopista. Además, presenta una buena calibración de la suspensión que, dicho sea de paso, apunta hacia la firmeza algo más que a la suavidad; algo que ayuda al buen comportamiento dinámico.

Donde sí destacará claramente será en los consumos, ya que supera sin problemas la barrera de los 35 mpg de media. También colabora el factor del peso, ya que mientras la mayoría de sus rivales supera los 1,400 kg, el Cruze no llega a 1,300; algo que en el mundo del automovilismo es bien conocido: “antes de darme un caballo extra de potencia, quítame un kg de peso”.

El Chevrolet Cruze estará en nuestro territorio como modelo 2010, probablemente, en el último trimestre del año. Vale la pena destacar que el Cruze llega para sustituir al Cobalt, ofreciendo algo más de refinamiento y equipamiento que su antecesor. Contamos los días.