Citroën se despide de la suspensión hidroneumática

Citroën descontinuará la suspensión hidroneumática para 2017

25/11/2015

Rodrigo Buendia

La suspensión hidroneumática ha sido una parte inherente de Citroën desde mediados de los años cincuenta, cuando revolucionó la industria con el icónico DS.

 

Desarrollado en la década de los 40 por Paul Magès, un empleado de la compañía sin educación formal, su principio es el de unas esferas metálicas huecas, con la mitad de su capacidad copada por nitrógeno a alta presión y por la otra mitad (separadas ambas por una membrana flexible de goma) con aceite a presión variable regulada por un bomba impulsada por el motor.

 

El sistema no sólo regula la altura y la capacidad de absorción de la suspensión, también la fuerza de los frenos y en algunos casos, la asistencia de la dirección, el cambio de marchas y hasta los cristales.

 

Además de una marcha más cómoda en pavimentos en mal estado, la suspensión hidroneumática permitía seguir rodando aún con una llanta ponchada, sin necesidad de recargar peso en el rin o el eje, nivelándose con las tres ruedas restantes.

 

Pese a su larga historia, la suspensión hidroneumática, en su versión Hydractive 3+, será la última que equiparán los modelos de Citroën, pues a decir de Linda Jackson, CEO de la firma, en 2017 llegará un nuevo tipo de suspensión “revolucionaria” de la cual no dan más detalles aparte que se ofertará únicamente en el C4 Cactus y el Aircross, lo que podría excluir incluso a su nueva división de lujo DS de este adelanto.

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