Jose Carlos De Mier - @GPSmediaexperts

No pensemos que se trata de una decisión repentina, ya que Ford lleva presente en el mercado japonés desde el año 1974 y tiene abierta una red de concesionarios, que actualmente tiene 52 localizaciones, las cuales muy pronto serán tan solo edificios vacíos. El problema no es tan solo de Ford, ya que para el cliente japonés los vehículos domésticos priman de forma férrea sobre los vehículos extranjeros y de este modo son muy pocos los que deciden comprar un auto foráneo.

Otro elemento muy importante son los históricos aranceles a la importación de vehículos extranjeros. Este arancel fue impuesto por EE.UU. ante la pujanza de las marcas japonesas en los años 70, tras la crisis del petróleo. Japón lo solucionó fabricando sus coches en Estados Unidos y poniendo un arancel similar a los coches extranjeros. A día de hoy, las marcas japonesas tienen una cuota de mercado combinada en EE.UU. de casi el 30%.

Ford ha vendido sólo 5.000 coches en el país del sol naciente, donde su gama se ha limitado a EcoSport, Fiesta, Kuga, Explorer, Focus y Mustang. En los mismos concesionarios también vendían coches Lincoln, los MKX y los Navigator. Con estas ventas tan bajas, las marcas americanas no llegan al 1% del mercado japonés y en Detroit no quieren esperar más.

Pero esta decisión no solo afecta al mercado japonés, ya que Ford también abandona el mercado indonesio, donde sus ventas tampoco han logrado despegar sin producción local. Suponemos que es una decisión correcta, ya que entendemos que la economía japonesa no parece que pueda cambiar a mejor en bastante tiempo.