Como es habitual en los trabajos de Hamann, el color blanco y los detalles en negro son predominantes. Un sello de la casa que ya hemos visto en el BMW X6 Evo, o en el Mercedes G55. Eso sí, el trabajo resulta más discreto que el realizado en el Ferrari 599.
En el caso del California, la presencia del color negro se debe a los muchos elementos han sido confeccionados con fibra de carbono. Hamann no escatima y usa este ligero material en el spoiler delantero y trasero, en las aletas de las entradas de aire laterales, en el pequeño alerón de la zaga, en el difusor trasero, en el capó y hasta en las manillas de las puertas. La mayoría de estos elementos, obviamente, han sido dispuestos para mejorar su aerodinámica y ofrecer mejores prestaciones en carretera.
La ligera reducción de peso se une a un buen trabajo sobre la mecánica del deportivo italiano. Hamann consigue que el propulsor V8 4.3 de 460 HP de este ‘cavallino rampante’ incremente su entrega en un 20 por ciento gracias a ciertos retoques en la centralita electrónica y en el sistema de escape. En total, la potencia asciende a los 520 HP. Además, incluyen un sistema de suspensión más deportiva.
Para completar el trabajo, montan rines Edition Race de aluminio negro de 21 pulgadas que se caracterizan por su reducido peso. Un trabajo más de Hamann que no desvirtúa la esencia de este espectacular gran turismo de la casa de Maranello.
Hamann cambia de tamaño. Aunque, habitualmente, el preparador alemán actúa sobre Ferraris, BMWs, Bentleys, Maseratis o Aston Martins, en ciertas ocasiones nos sorprende con pequeñas delicias como el Mini Cooper R56 o como su última creación: el Fiat 500 Abarth Largo.
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