Javier Fueyo

Este control de terrenos ha sido desarrollado enteramente por Ford, y aunque tiene similitudes con el que usan los Land Rover, no tiene nada en común en su funcionamiento ni desarrollo. Este sistema sirve para optimizar la capacidad de tracción de la Explorer en terrenos adversos, donde se destacan desarrollos específicos para arena, nieve, lodo, piedras, control de ascenso y descenso, e incluso cabe la posibilidad de aplicación al remolque.

El dispositivo utiliza la fuerza del motor y la capacidad de frenado para repartir adecuadamente la cantidad de potencia a cada rueda para salir avante según terreno. La modalidad será escogida a voluntad por el conductor por medio de una perilla en la consola central (de nuevo, igual que en los Range Rover).

Este nuevo sistema también elimina la necesidad de contar un chasis por largueros (recuerda que llevará un bastidor monocasco derivado de la plataforma del Taurus), e incluso de una caja con transfer. Está claro que la mayoría de estos vehículos desperdician totalmente sus capacidades off-road, aunque Ford dice que la Explorer 2011 será más capaz para estos terrenos que el modelo actual.

Otros elementos inéditos en la Explorer, y que seguramente le regresarán el título de SUV referencia, son los motores EcoBoost de 4 y 6 cilindros (que generan más torque y potencia que los actuales V6 y V8), tecnología MyTouch en la consola, conectividad SYNC, mayor fiabilidad técnica, interiores de primera categoría, entre otros. Un punto destacable es que se promete una reducción en consumo de combustible del 25%, mejorando prestaciones y potencia en reserva, ganando en comodidad y sin sacrificar capacidades off-road.