En el 2009 el fabricante de origen chino se hizo con la tecnología de dos modelos de Saab que están al final de su vida comercial en sus principales mercados, como la primera generación del 9-5 (que data de los años noventa) y el 9-3, todo a un costo de unos 200 millones de dólares; valiosa inversión que seguramente aumentará el necesario conocimiento de los orientales.

Además de las licencias de fabricación y la tecnología de los ya recorridos productos, BAIC tiene un contrato en China para comercializar Saab a través de su red de concesionarios. El hombre a cargo de BAIC, Wang Dazong, afirmó que quiere hacer más profundas sus relaciones y acuerdos con Saab y que están listos para invertir en la compañía.

Al momento de publicación de esta nota Spyker no había hecho una declaración al respecto, pero la lógica dicta que una inyección adicional por parte de los chinos no sobra para ayudar a Saab en su proceso de recuperación.