Enrique González - @600streetka

Mercedes buscaba con el C112, un sucesor digno de su Mercedes 300 SL, pero finalmente este modelo quedo simplemente en un prototipo que estrenó algunas tecnologías entonces revolucionarias. Su diseño era muy futurista,  tenía un frontal serio con grandes ópticas, y una zaga en la que junto a un difusor y un spoiler discreto se encuentran ópticas que bien podrían haber salido de un Mercedes Clase S de la época.

Pero lo más destacado de este Mercedes C112 era su aspecto tecnológico de primer nivel, donde se encontraban elementos como el sistema ABC (Active Body Control), esencialmente un sistema de suspensión activa. Conectado a sensores en carrocería y chasis, la combinación de hidráulica y electromecánica ajustaba en tiempo real la dureza de la suspensión del C112 en función del estilo de conducción y características de la carretera, un elemento que se adelantó  su época y que hoy equipan modelos deportivos.

Otra de las novedades era la dotación de serie de ABS – en los años 90 sí era una novedad – y control de tracción ASR, dos novedades que ya habían sido inventadas por Mercedes hacía unos pocos años, pero nunca aplicadas a un deportivo. Además este C112 también disponía de distribución electrónica de frenada (EBD) y estrenaba un sistema de medición de presión de los neumáticos TPMS y un control de crucero adaptativo, toda una tecnología que no serían incorporadas a los coches de producción hasta hace apenas cinco o diez años.

Este curioso modelo, estaba propulsado por un motor 6.0 V12 atmosférico que desarrollaba 408 CV de potencia y un par máximo de 580 Nm. Pasaba toda su potencia al tren trasero mediante una caja de cambios manual de seis relaciones. Con un peso de 1.570 kg, era capaz de alcanzar los 100 km/h en 4,9 segundos, y una velocidad punta de unos tremendos 310 km/h.

Mercedes aceptó 700 depósitos de este superdeportivo, pero no llegó a producir en serie su C112, prefiriendo aplicar todas aquellas nuevas tecnologías gradualmente en sus vehículos de calle.