A diferencia de los Estados Unidos, las ventas en México en enero de 2021 no muestran una recuperación tan marcada, de acuerdo con cifras de la AMIA y la AMDA. En cambio, la industria local se ve asolada por la escasez de semiconductores.
En México, la venta de autos nuevos tuvo una caída del 19.4% en 2020, con 949,353 unidades. Un mal año para un mercado que ya se encontraba en crisis, pues en el año 2019, la caída fue del 7.7%. Con esto, el mercado automotriz mexicano tuvo el peor de los últimos 11 años, regresando a cifras de la resaca de las crisis hipotecaria y petrolera, cuando no se rebasaba el límite del millón de unidades desplazadas. El mejor año en el histórico sigue siendo 2016, cuando se vendieron 1,607,165 autos nuevos.
La confianza del consumidor y de los empresarios tocó fondo en los primeros meses del año a causa de la pandemia. En abril de 2020 las ventas se desplomaron a niveles no vistos desde 1997, cuando la economía mexicana aún no se recuperaba de la crisis de 1994, conocida como “error de diciembre” o “efecto tequila”. México es el séptimo productor de autos nuevos a nivel mundial (llegó a ser el sexto), pero este rubro también se vio castigado. La producción fue de 3,040,178 autos, una caída del 20.2%. Durante los meses de marzo y abril las plantas automotrices permanecieron cerradas y aunque la mayoría reabrieron paulatinamente en mayo, Volkswagen y Audi tuvieron que esperar hasta junio por presiones del gobierno de Puebla, donde tienen sus plantas.
Ante este escenario, las expectativas del mercado automotor en México no eran optimistas para enero de 2021. Y así fue, pues con 81,203 unidades, las ventas cayeron 22.6% comparadas contra enero de 2020, un mes en que aún no se registraban contagios en México. El gobierno local es de los pocos que no ha otorgado apoyos ni a la industria ni al comercio formalmente establecidos. Por el contrario, se han visto sometidos a una serie de presiones ante el aumento de contagios en los últimos meses, sobre todo en el centro del país (el llamado “semáforo epidemiológico”), que han ocasionado cierres y despidos, de modo que la recuperación económica luce lejana.
Por modelos, el más vendido en México en enero de 2021 fue el Nissan Versa (5,636 unidades), aunque hay que aclarar que el subcompacto suma las variantes disponibles (V-Drive) de su generación pasada. El Top 10 lo completan: Nissan NP300* (4,766), Nissan March* (3,518), Chevrolet Onix* (2,857), Kia Rio (2,559), Chevrolet Beat* (2,386), Toyota Hilux* (2,320), Chevrolet Aveo* (2,188), Volkswagen Vento* (2,060) y Nissan Sentra (1,704). Los modelos marcados con asterisco (*) no se venden en Estados Unidos. Como notarán, el mercado mexicano se inclina por vehículos subcompactos y pick-ups de trabajo, aunque si les interesa, la SUV más vendida en México en enero de 2021 es la Toyota RAV4 (1,407 unidades), que está en la undécima posición.
Por marcas, sólo tres tuvieron números positivos en México en enero de 2021: Peugeot (+6.6%), Volvo (+26.5%) y Porsche (+0.8%). Las más castigadas, con caídas de más del 30%, fueron: Volkswagen (-33.7%), Honda (-48.1%), Hyundai (-34.2%), Mitsubishi (-40.9%), Audi (-30.6%), Lincoln (-44.6%), Acura (-41.8%), Infiniti (-58.2%), y Jaguar (-83.3%). Pese a una caída del 21.2%, Mazda aventaja a Honda y se cuela al Top 7 de marcas mejor vendidas en enero de 2021 en México, junto con Nissan, General Motors, Volkswagen, Toyota, Kia y FCA (ahora Stellantis).
En cuanto a producción de autos en México, con 278,711 unidades, este rubro presentó un retroceso de 15.05% en enero de 2021. Las exportaciones cayeron sólo 6.37%. Esto se puede entender gracias a la mejor recuperación de Estados Unidos y Canadá y Alemania, principales destinos de exportación. Sin embargo, de nuevo la sombra de los chips semiconductores se ciñe sobre la producción en México, pues la escasez de estos insumos está restringiendo fuertemente la producción automotriz a nivel mundial.
En nuestro reporte de ventas de enero de 2021 de los Estados Unidos ya les explicamos la problemática de los semiconductores y de cómo afecta a la industria global, incluido México. En resumen, la cuarentena por la pandemia disparó la demanda de computadoras, laptops, tabletas, celulares, videojuegos y anexos. Al acaparar estos los semiconductores, el inventario de otros ramos se agotó y ahora la producción simplemente no puede abastecer la demanda. Aunque son económicos, la producción de estos chips es lenta, pues las obleas de silicio que les sirven de base tardan 90 días en procesarse. Dadas las características de alta tecnología que requieren, una nueva planta para producir semiconductores podría tardar hasta un año en edificarse.
En conferencia virtual con los responsables de la AMIA (Asociación Mexicana de La Industria Automotriz) y la AMDA (Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores), ven dificultades para la industria en el corto plazo. A la crisis económica, la falta de apoyos, el cese de actividades y la escasez de semiconductores, se suma la implementación del T-MEC/USMCA. En la fallida renegociación del tratado trilateral, se establecieron límites y sanciones más estrictos, sobre todo para la industria automotriz (capítulo 23). Estas condiciones harían a las marcas perder sus beneficios arancelarios.
Si no es suficiente, la actual administración impulsa una iniciativa para incentivar la producción de energía por medio de paraestatales, que utilizan quema de combustibles fósiles, en detrimento de la generación de energías “verdes” por particulares, como la eólica o la solar. En México, las plantas automotrices generan la mayor parte de su propia energía, en línea con sus respectivos compromisos de la reducción de su huella de carbono. En cambio, la energía de paraestatales no sólo contamina más, sino que es hasta 23% más cara con respecto a las tarifas de Estados Unidos.
En México, las automotrices ocupan el primer lugar en uso de mano de obra y generación de empleos en la industria local. Además, es de los ramos que más incentivan la transición suave del outsourcing al insourcing, de acuerdo con los representantes de la AMIA y la AMDA. Estos indicaron que han solicitado en varias ocasiones reunirse con representantes del gobierno mexicano; y que están abiertos al diálogo para la búsqueda de soluciones.
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