La transacción, que culminará en algún momento del último cuarto del año, es parte de los esfuerzos de reestructuración de la compañía tal y como estaba señalado en el plan de viabilidad enviado al gobierno a comienzos de año. Por esa misma razón, se encuentran negociando Opel y ya han encontrado comprador para Hummer.
Penske, quien contrató los servicios de un viejo conocido del sector automotriz, Tom LaSorda, antiguo presidente de Chrysler, obtendrá todos los derechos sobre la marca y otros activos de Saturn. GM, por su parte, continuará produciendo, bajo contrato, los Saturn Aura, Vue y Outlook.
Por su parte, Penske parece dispuesto a surtir a Saturn con varios productos de Samsung-Renault (y tener un parentesco con Nissan), o bien hacer algún tipo de alianza con Mitsubishi, entre las opciones más viables.
Aunque las especulaciones sobre el futuro de la marca y lo que Penske puede hacer con ella son muchas, lo que parece cierto es que el acuerdo de venta cierra casi un año de incertidumbre para los trabajadores, suministradores y concesionarios de Saturn. En principio, 13,000 puestos de trabajo continuarán, así como 350 dealers, con lo que el consumidor continuará teniendo un vínculo comercial con una de las marcas con mayor aceptación entre el público americano, desde un punto de vista de satisfacción del cliente.
Tras la noticia de que Penske rompió las negociaciones para adquirir Saturn, GM decide detener la producción de los vehículos de la marca y deshacerse de todo el inventario en los dealers.
Con sólo cuatro marcas, Chevrolet, Cadillac, Buick y GMC, 11 billones de dólares en deuda y con una participación mayoritaria del gobierno estadounidense nace General Motors Company, la compañía surgida de la bancarrota de General Motors Corporation. La reestructuración de la misma, tras haberse acogido al famoso Chapter 11 de la Ley de Bancarrotas, ha durado sólo 39 días.
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