Enrique González - @600streetka

Seguramente todos hemos soñado con manejar un auto cabrio por una carretera interminable cerca de mar, luciendo un buen bronceado y sobre todo en buena compañía, pero como se suele decir: no todo lo que brilla es hora, y hoy les vamos a contar seis desventajas de manejar un modelo sin techo.

Primero: Las temperaturas; la mayoría de las personas relaciona los cabrios con esos días de sol y calor extremo, pero, ojo, un cabrio en pleno verano con temperaturas superiores a 30 grados es preferible conducirlo techado ya que el sol puede provocar quemaduras e incluso insolación en trayectos donde la exposición es muy prolongada.

Segundo: Las tormentas de primavera y verano; estamos seguros que a más de un asiduo conductor de descapotables le ha caído un buena tromba de agua encima, teniendo que aguantarla hasta llegar a la próxima área de servicio, ya que son muy pocos los modelos que incluyen un mecanismo de accionamiento automático que en algunos casos incluso te permiten realizar la maniobra en movimiento.

Tercero: El molesto ruido; viajar en un coche descapotable hace bastante más complicado el hecho de poder mantener una conversación con los otros pasajeros, además de tener que soportar turbulencias generadas en el habitáculo o las molestias al pasar por túneles, donde el ruido generado por el resto de vehículos rebota en las paredes creando una sensación de taponamiento de los oídos.

Cuarto: los olores; cuantas veces no nos hemos encontrado en una calle con un camión de la basura, una depuradora pegada a la carretera o incluso otro auto desprendiendo de su escape un insoportable olor. Esto se soluciona inmediatamente con la subida de nuestros vidrios, algo no tan fácil en un cabrio, donde es imposible capotar nuestro descapotable rápidamente e irremediablemente sufriremos el nauseabundo olor del exterior.

Cinco: averías en su sistema de accionamiento; la mecanización en los sistemas de descapotado aumenta potencialmente las posibilidades de una avería del mecanismo del techo, averías que normalmente no son nada baratas.

Seis: sobreprecio y escasa utilización; muchas de las carrocerías cabrio que actualmente se venden en el mercado derivan de modelos cerrados y se consideran un capricho, por lo que su compra supone un notable sobreprecio en relación a las carrocerías cerradas, todo sin olvidar que en la mayoría de los mercados donde se comercializan, por su clima, tan solo se puede disfrutar de estos modelos plenamente a penas dos o tres meses al año.