El Jetta GLI de Volkswagen mantiene con vida al segmento de los sedanes deportivos relativamente accesibles, ante el inevitable embate de las SUVs/Crossovers y la electrificación.
Si están en busca de un vehículo de alto rendimiento, hay varias opciones interesantes en el mercado actual, sin embargo, a tono con los gustos actuales, resulta que la mayoría de ellos son SUVs o Crossovers. Pero si su perfil es más purista, quizá prefieran una carrocería más afilada y pegada al suelo. Ya saben, un sedán, un Coupé o un GT. Si es su caso, no se preocupen, filiales como Mercedes-AMG, Audi Sport o BMW M tienen –todavía- muchas opciones en su catálogo.
¿Cómo? ¿Les es complicado permitirse vehículos de ese precio? No se preocupen, quedan opciones accesibles… y no todas son SUVs/Crossovers. Aunque muchas marcas comenzaran a cancelar sus autos compactos y subcompactos, siempre nos quedarán algunas opciones más clásicas, como el Mazda MX-5 Miata o el Toyota GR 86, pero si lo que buscan es “el auto para todo”, con más capacidad para carga y pasajeros, sin descuidar el desempeño, todavía queda algo por ahí.
Volkswagen es uno de los iniciadores de los autos de alto rendimiento accesibles, como atestiguan las más de cuatro décadas del GTI. Sin embargo, conscientes de fuera del viejo continente las carrocerías de tres volúmenes son más populares –hasta que llegaron las SUV/Crossovers- ajustó este paquete deportivo a su sedán mejor vendido: así nació el Jetta GLI. El GLI se presentó en su forma actual a inicios de 2019, para el Volkswagen Jetta de séptima generación, por lo que los cambios han sido mínimos.
El frente apenas se reconocerá por piezas oscurecidas o en color negro, además de una fascia específica. Los faros cortados por la rejilla, en reminiscencia al Arteon – un elemento compartido con todos los Jetta– y la línea roja que cruza esta última de lado a lado, son apenas la mayor declaración de diseño. Los laterales son limpios, con apenas los mínimos pliegues. La trasera presenta calaveras oscurecidas, escapes gemelos y un spoiler labial bastante discreto. Los rines de 18 pulgadas y los anagramas GLI apenas delatan al modelo más dedicado de la línea Jetta.
El interior recibe un volante en “D” forrado en cuero, además de las siglas GLI y detalles en rojo. Poco más sobre los Jetta más equipados, además del Virtual Cockpit de serie, con mucho –demasiado – plástico duro. A diferencia de generaciones pasadas del Jetta, no se trata sólo de un Golf con una cajuela insertada: hay una diferencia de 1.8 pulgadas de distancia entre ejes. La enorme cajuela de 14 pies cúbicos incluso supera a algunos sedanes medianos. El Jetta podría quedar con un tercer volumen desproporcionado, pero se compensa con un pilar C retrasado. En las dos generaciones anteriores se notaba un perfil extraño una vez que se reparaba en ese detalle, pero en la actual, los diseñadores lo solventaron con mayor gracia.
Como ha ocurrido con las últimas generaciones del Jetta GLI, el corazón del sedán es un motor de cuatro cilindros 2.0 litros, heredero directo del bloque de 1,984 cc que, con dos válvulas por cilindro, VW mantuvo con vida desde los años 70 y hasta el Jetta de sexta generación de la década pasada, con 115 hp. El motor eventualmente recibió cuatro válvulas e inducción forzada, para una salida de 228 caballos de fuerza y 258 lb-pie de torsión. Más o menos el mismo ajuste de un Golf GTI (si encuentran uno de la generación saliente). Las bondades de compartir la plataforma MQB.
Sin embargo, hay diferencias marcadas con el citado Golf, más allá del mayor espacio interior y la cajuela en un volumen independiente. El Jetta GLI se ha resistido a recibir ajustes de más potencia, como sí ocurre con los GTI TCR y Golf R, ni hablar de propulsión alternativa como en los GTE o GTD. Volkswagen también se ha resistido a ofrecer un Jetta GLI con tracción total, por lo que la potencia se dirige exclusivamente al eje frontal, vía una transmisión manual de seis velocidades, o una automática DSG Tiptronic de siete relaciones. Ambas cajas declaran un consumo urbano de 24 MPG, 33 MPG para la manual en carretera, 35 para la automática. La cifra combinada también es la misma, con 20 MPG.
Preferimos la manual, ya que como otras cajas DSG del grupo Volkswagen, la del Jetta GLI puede llegar a tener un comportamiento desconcertante al cambiar a bajas. No fuimos pocos los que levantamos la ceja cuando VW cambió toda la línea Jetta a una suspensión trasera de eje de torsión, aunque respiramos aliviados cuando mantuvo el ajuste independiente para el GLI. Esto hace que el sedán navegue en las curvas como si se tratara de un hatchback más recortado, con unos frenos y dirección a la altura. La suspensión adaptativa mantiene un balance del que carecen algunos de sus competidores.
Los rivales son escasos… o no. Curiosamente, la mayoría de los sedanes compactos de alto desempeño evitan un enfrentamiento directo, moviéndose en alrededor de 200 hp o menos, o en más de 250 caballos. El Hyundai Elantra N Line comienza con un 1.6T de 201 hp y 195 lb-pie, con una caja manual de seis velocidades o una Shiftronic de 7. Hay un Kia Forte GT con idénticas características. El Elantra N sube la apuesta con un 2.0 l Turbo de 276 caballos y 289 lb-pie, también con una manual, o una automática de doble embrague húmedo de ocho marchas. El inminente Honda Civic Si ofrece un 1.6T de 200 hp y 192 lb-pie, únicamente con un manual.
El Mazda3 Turbo tiene un ajuste de 250 hp y 320 lb-pie, pero sólo se ofrece con tracción total y una automática de seis cambios. Mismo caso para el Subaru WRX 2.4T de 271 hp y 258 lb-pie, sólo con AWD. Vayan directamente por la manual de seis y eviten la CVT.
El nivel de entrada, Jetta GLI S, tiene un precio de $27,340 dólares, $28,140 USD con la DSG, pero cuando uno ve la lista de adiciones, parece mejor idea saltar al siguiente estrato. Por 31,740 USD (DSG $32,540), el GLI Autobahn gana detalles que uno esperaría en un sedán compacto de este nivel de precio, como un techo panorámico, retrovisores calefactables, asientos con memoria y ventilación, control crucero adaptativo, vestiduras de cuero, audio mejorado, luces altas automáticas, asistente de permanencia en carril o radio satelital. El control de chasis adaptativo (DCC) nos parece dinero bien gastado para un sedán de estas características.
Hubo un momento hace un par de décadas en que el Jetta fue el modelo europeo mejor vendido en los Estados Unidos, honor que ahora le corresponde a la Tiguan. El Jetta incluso se ve relegado por la Atlas. Volkswagen considera convertir al Jetta en un modelo eléctrico, lo que deja en una situación complicada al GLI. Mientras eso ocurre, o no, el Jetta GLI es una opción si desean un vehículo accesible con buen desempeño y no están especialmente atraídos por las SUVs/Crossovers, aunque si invierten un poco más podrán acceder a tracción total y mejores acabados en otros modelos.
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