Javier Fueyo

Aston Martin siempre está llamando la atención de manera positiva. Y es que mientras aguarda que la inversión de millones de Investindustrial y el acuerdo estratégico con AMG proporcione frutos en un nuevo modelo de acceso para relevar al V8 Vantage en cuestión de un par de años, lleno de tecnología y prestaciones, tiene que mantenerse dando buenas noticias, después del escándalo de su pedal de acelerador defectuoso.

Y la receta para logarlo es de agarrarse de lo ya conocido por Aston, que volverá a lanzar un par de ediciones limitadas más en el Salón de Ginebra. La primera denominada V8 Vantage N430, que entrega 436 caballos en una carrocería y chasis puestos a punto a partir de lo aprendido en sus participaciones en las 24 Horas de Nürburgring. Se podrá adquirir con caja de cambios manual de seis relaciones, o la secuencial "Speedshift II" de siete relaciones, y cuenta con numerosos detalles estéticos diferenciales para mantener una apariencia llamativa.

El otro protagonista del stand de Aston en el Auto Show de Ginebra, será el DB9, que bajo los apellidos Carbon White y Carbon Black se ofrecerá con sus 517 caballos de potencia con acabados cromáticos específicos que, como se puede imaginar por su nombre, se caracterizan por el empleo de fibra de carbono y toques blancos o negros.

Pero mientras seguiremos esperando lo que está por venir, y es que Aston realmente necesita actualizarse para recuperar competitividad en un mercado, el de los superdeportivos, donde cada año cuenta cada vez más, pues donde antes los modelos duraban una década sin grandes cambios, ahora vemos novedades casi cada año.