Pontiac en el Salón de México

La filial de intención deportista del gigante automovilístico presume ya una renovación total de sus productos por ...
26/09/2008

Javier Fueyo

G2. También conocido como Matiz, este microauto se ha ganado a pulso el gusto entre los automovilistas primerizos así como a toda una legión de taxistas por sus innegables cualidades de economía y facilidad de manejo gracias a su pequeño motor de un litro y carrocería en forma de caja, aunque bonita y bien rematada. Tampoco luce grandes cambios para este SIAM, pero goza de muchas preferencias entre los conductores citadinos.

G3. Un sedán de origen coreano que presume buena aceptación en el mercado mexicano. No hay cambios, sólo destaca la presencia en el pabellón de una versión sin cajuela de su bien vendido sedán, que obviamente tendrá por nombre G3 hatchback. La mecánica, un cuatro cilindros de 1.6 litros y 107 HP puede pedirse con transmisión manual o automática, que deberá extenderse a las versiones de cinco puertas.

G5. Compacto disponible tanto en carrocería sedán como coupé que ofrece una de las mejores relaciones valor/precio del mercado nacional. A su afilada y sugerente línea se agrega una oferta conformada por dos tetracilindricos de 2.2 y 2.4 litros con sendas potencias de 145 y 170 HP. Quizá no sea de los más vistos en las calles pero sin duda resulta de los más vistosos, razón que lo ubica entre los principales figurines de la vitrina Pontiac.

G6. Una evolución suave pero consistente puede definir a este gran sedán norteamericano. Su última actualización nos trae el ejemplar GPX, con la mejor motorización de este modelo aderezada de un equipamiento muy completo, casi al nivel de un premium. Su V6 de 3.6 eroga 252 HP, bien dosificados por una avanzada transmisión automática de seis relaciones. Un auto para gente de gusto diferente al de los demás.

SOLSTICE. Un roadster en la mejor definición norteamericana: curvas atractivas y un precio razonable apoyado en un desempeño extraordinario sólo comprensible en la pista. Tampoco presume cambios ni actualizaciones importantes, pero su estampa desafiante y sugerente propuesta de diversión lo hace obligado en un salón como el SIAM. Por el momento sólo monta el cuatro cilindros de 177 HP con caja manual de cinco velocidades.

TORRENT. Gemela de la Chevrolet Equinox, sus variaciones cosméticas no logran marcar una seria diferencia a ojos del observador. De pretensiones deportivas su V6 de 3.4 litros y 185 HP cumple bien su papel de movilidad. Sólo posee algo más de equipamiento e incluso figura la tracción integral emergente como opción en la versión más lujosa y equipada. Una tentación para los que aman las camionetas de corte estadounidense y lo mejor, a un precio relativamente razonable.

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