Ferrari California: prueba a fondo

Superar lo aparentemente insuperable supone un reto sólo apto para los mejores. El nuevo California pone el ...
01/07/2009

Javier Fueyo

Para explicar lo que significa el Ferrari California, vamos a comenzar con unas palabras de Luca de Montezemolo, presidente de la firma. “Es un auto que llega lleno de novedades y pleno de tecnología punta, una auténtica declaración de intenciones de cómo es y será la ‘nueva’ Ferrari”. Y realmente es así. El California no renuncia a la emoción y a las cualidades que se exigen a todo Ferrari, pero pone un interesante arsenal tecnológico al servicio del conductor y ocupantes para hacer de él una confortable y lujosa máquina de placer. Representa un nuevo hito en todo y actualiza parámetros que hasta ahora preocupaban poco en Maranello como equipamiento, comodidad y lujo, pero sin perder por ello ni un ápice de la personalidad de la marca. Ahora sí, se trata de un Ferrari para usarlo todos los días, un auto con el que se puede ir a jugar al golf, de compras o llevar a los niños a la escuela, a esquiar e incluso a trabajar. “Porque, a partir de ahora, el hecho de tener un Ferrari no ha de impedirnos hacer todo eso”. Realmente,  el California es un escaparate tecnológico. En él se dan cita los últimos avances desarrollados en Maranello.

Pero va incluso más allá, permitiendo explorar a la firma del cavallino territorios desconocidos hasta la fecha para sus productos. De hecho, el California, lejos de ser el “baby”, es un Ferrari con todas las letras, un deportivo de nuevo concepto para la marca. Encuentra así su sitio entre los GT, como base de los mismos y defendiendo una configuración inédita calificada como 2+ y que no es ni más ni menos que un 2+2 reinventado por los “genios” del marketing. También es el primer Ferrari descapotable de techo rígido. Cierra y abre en 14 segundos, con una cinemática muy elaborada y plegando la capota en el mínimo espacio posible. Lo que no se puede hacer es accionarlo en marcha; sólo en parado, porque se mueve e inclina la tapa trasera en la operación, perdiendo la verticalidad y su posición diseñada para los pasajeros traseros.

Técnicamente, el nuevo California es un auténtico hito, siendo el primero en muchas cosas, lo que le convierte casi en un laboratorio rodante para la marca. Como buen GT sellado con el cavallino, recurre a una configuración mecánica clásica, es decir, con motor delantero longitudinal y propulsión trasera, aunque en este caso alterada por una caja que se ubica en el tren posterior, recurriendo a una arquitectura de transejes para equilibrar pesos en parado y en marcha. Pero es el primer Ferrari que monta un V8 adelante; y el primero que emplea alimentación con inyección directa de gasolina, frenos carbonocerámicos de serie, transmisión secuencial robotizada con doble embrague y siete velocidades, tren trasero multibrazo en vez de doble triángulo, sistema telemático con pantalla táctil y amortiguadores magnéticos de recorrido variable.

Motor, chasis y comportamiento
A esto se suma la ligera carrocería de aluminio, que representa una nueva referencia para la marca por sistema de fabricación, rigidez y calidad de ejecución. De hecho, se fabricarán 2 mil 500 unidades al año, de las cuales las 2009 ya están prácticamente agotadas. El motor es completamente nuevo. Realizado íntegramente en aluminio, suma a los habituales sistemas  de optimización empleados por la marca y derivados de la competición —léase admisión y distribución variables, válvulas al sodio u otros similares— la nueva inyección directa de combustible. Con ella se ha conseguido homologarlo bajo la norma Euro V, a la vez que se ha obtenido una gran regularidad de uso y una enorme elasticidad, todo sin que ello signifique renunciar a una potencia muy elevada. Este V8 a 90º ofrece nada menos que 460 HP, enérgicos y musculosos, pero fáciles de domar. Con una acústica de admisión y escape cuidadosamente elaborada, ofrece una música que deleita los oídos cuando se le provoca con el acelerador que invita a exprimirlo al máximo siempre que hay ocasión.

La suavidad de funcionamiento es otra de sus notas distintivas, así como la forma de entregar la potencia, en constante progresión, y con un margen de uso que va desde 1,000 rpm hasta 8,000. Rival natural y respuesta de la marca italiana—aunque sus representantes lo nieguen— al éxito de los Aston Martin V8 Vantage y Roadster, el California, como buen Ferrari, eleva la emoción a nuevas cotas. Supera a sus contendientes y poco o nada tiene que envidiar a su hermano mayor el 599, ya que es más ágil y manejable, y, por supuesto, mucho más asequible en todos los sentidos. GT total, cuando cobra vida a través del botón rojo EngineStart, supone una llamada para los sentidos, anunciando placer en estado puro en cuanto se hunde el pie en el acelerador. Para disfrutarlo en toda su extensión, cuenta con la ayuda de la nueva caja de siete relaciones, un prodigio en rapidez y eficiencia, que contribuye a poner las cosas fáciles a quien se sienta al volante. Sus reacciones y su carácter van ligadas al uso que se le dé al manettino ubicado en el volante, que permite rodar en modos Comfort, Sport o CST Off, a gusto del consumidor.

A esto se suma la posibilidad de ir en automático o manual, lo que aporta una gran versatilidad al auto. Pero la verdad de este auto es su capacidad dinámica y su carácter, el cual aparece cuando ponemos el manettino en CST Off. Aquí sólo se cuenta con el apoyo del ABS, que se queda latente pero goza de una impecable puesta a punto. Permite hacer todo  tipo de diabluras, arriesgar sin riesgo —valga la expresión— y gozar de toda su efi cacia sin sobresaltos. Con el deflector montado sobre las plazas traseras se puede mantener una conversación a más de 200 km/h. Los desarrollos están muy bien ajustados y con la capota cerrada el auto alcanza, si el escenario lo permite, los 310 km/h de máxima que anuncia el fabricante.

Además, como gadget, el California incorpora el Launch Control, que optimiza las arrancadas y nos permite ser el más rápido sin esfuerzo ni estrés alguno en cualquier sitio. Las suspensiones y la aerodinámica se encargan de que la pisada sea fi rme y de que el California se mantenga adherido al suelo como una lapa en todo momento. La suspensión electromagnética, que interactúa con el motor y la transmisión a través del manettino, pone mucho de su parte para el aprovechamiento de este auto con total confort de marcha y adecuada musculatura.

El control de tracción F1 Trac pone en la mira lo que a comportamiento dinámico respecta. Este sistema, que también trabaja en combinación con el manettino, es uno de los causantes de que este Ferrari, como los de última hornada, le permite a uno “creerse” mejor piloto de lo que se es en realidad. En combinación con un autoblocante electrónico ajustado al 25% en aceleración y al 50 en retención, ofrece un rendimiento más que óptimo. Tengo claro que harán magia la próxima vez, aunque el listón está ya muy alto.  

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