Fabricado en 1961 y extendida su producción en la fábrica, hasta 1963, el  Studebaker Avanti fue uno de los últimos y más populares modelos de la desaparecida marca estadounidense. Este producción duro tan solo tres años debido a la quiebra de esta marca automotriz, pero fue tan buena la aceptación de este auto por parte de los norteamericanos, que en 1966, siguió fabricándose por concesionarios privados durante un cuarto de siglo más, hasta 1991.

 

El Avanti destaco entre el resto por su radical diseño, un auto que resulta atractivo todavía en el siglo XXI. Este modelo lideró el mercado gracias a su arriesgado diseño a la vez que  elegante, en el que resaltaba sobre todo el suavizado de su parte frontal. Pero no todo era estética en este auto, ya que el Avanti preocupado enormemente por la seguridad en aquella época, incluía cinturones de seguridad opcionales, seguros para las puertas, y barras anti-vuelco.

 

Con un ligero peso de tan solo 1.350 kilogramos y un potente motor Paxton-Studebaker V8, de 4.735 cc de desplazamiento, rendía un total 245 caballos de fuerza (hp) transmitida al tren posterior a través de una caja de velocidades de tres marchas. Su velocidad máxima era de unos 225 km/h y aceleraba de 0 a 100 en solo 4 segundos. Curiosamente, el Avanti fue el primer vehículo norteamericano de producción masiva en introducir frenos de disco estándar.

 

A día de hoy no parecen unas cifras espectaculares, pero les aseguro que a inicios de los 60, este auto era un auténtico deportivo que todos los amantes de la velocidad querían tener en su garaje. Estas peculiaridades unidas a un confortable interior, fueron las bazas que le dieron esta larga vida al Avanti, incluso después de cerrada su fábrica.