Último relevo en posición

Etapa 56. De Ciudad de Panamá a Ciudad de David, Panamá. Los nuevos pilotos de la VW ...
26/02/2009

Javier Fueyo

DATOS DEL TRAMO:

Pilotos: Gilberto Samperio y Santiago Calcagno
Al volante: Gilberto Samperio
Punto de inicio: Marina Flamenco, Ciudad de Panamá, Panamá
Punto de arribo: Hotel Puerta del Sol, Ciudad de David, Panamá
Distancia total: 450km (dato registrado por el GPS)
Tiempo transcurrido: 8 horas (dato registrado por el GPS)
Velocidad media total: 56km/h (dato registrado por el GPS)
Altura sobre el nivel medio del mar: 0 hasta 433 m.s.n.m.m. (dato registrado por el GPS)


ÚLTIMO RELEVO EN POSICIÓN

Martes, tras un vuelo no muy prolongado arribamos Gilberto Samperio y Santiago Calcagno al ajetreado aeropuerto de Tocumen en la Ciudad de Panamá. Nuestra misión es traer de vuelta la Tiguan a casa sana y salva tras su prolongado periplo continental que la llevó a la ciudad más austral del mundo. Nos toca atravesar toda Centroamérica hasta el centro de México en Norteamérica. “Sean bienvenidos a la hermosa Ciudad de Panamá” recita un orgulloso capitán de vuelo que retorna a su tierra. No lo sabíamos entonces, pero sería el presagio de una inesperada estancia en el ombligo de nuestro continente americano.

Panamá no parece estar tan lejos, en realidad es casi la misma distancia en línea recta entre el aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México y el aeropuerto de Tocumen (2400km) que entre éste y el Abelardo Rodríguez de Tijuana (2300km). En línea recta… pero ni siquiera los aviones vuelan estos tramos en línea recta y nosotros haríamos un regreso terrestre de 3200km. Regreso por demás tortuoso si se toma en cuenta que además de muchos kilómetros hay que sortear trámites fronterizos, carreteras en mal estado, regiones con inseguridad rampante y el peor de todos los azotes: desestibar un auto.

¿Y DÓNDE ESTÁ LA TIGUAN?
En teoría todo sería muy sencillo: una vez desembarcados Gilberto y yo en “…la hermosa Ciudad de Panamá” como pregonara nuestro capitán de vuelo, justo en la desembocadura sur del famoso Canal epónimo, descansaríamos una noche, y al día siguiente nos trasladaríamos 80km al extremo norte del mismo, a la pintoresca ciudad de Colón, a recibir la estafeta para el grand finale del proyecto más ambicioso de AUTOMÓVIL hasta ahora. Pero los viajeros de aventura sabemos estar siempre preparados para lo inesperado. Además la experiencia nos enseña que si bien en teoría no hay diferencia entre la teoría y la práctica, en la práctica si la hay.

En teoría la Tiguan venía en camino estibada dentro de un contenedor al tiempo que nosotros buscábamos alojamiento en un hotel panameño. En teoría… pero en la práctica nuestro amigo Emilio Scotto estaba teniendo muchos problemas para embarcar la SUV cargada de equipo en Cartagena de Indias. Nuestros lectores que han seguido la odisea de la VW Tiguan ya conocen a estas alturas las desventuras burocráticas de Scotto, pero nosotros entonces desconocíamos tal embrollo y seguíamos viendo las cosas con un ingenuo optimismo.

La realidad nos alcanzó pronto, cuando un correo de Emilio advirtió que la Tiguan no se había embarcado y que, con suerte, sería hasta el viernes. Ni hablar, para mí era la segunda vez que visitaría Panamá y para Gilberto una oportunidad para aprender a moverse por la ciudad en un auto alquilado mejor que los salvajes taxistas panameños. De cualquier manera teníamos los datos de la naviera “Eduardo Guerlein” y del buque “Wellington Express” que nos dio Emilio. El famoso Bill of Landing (BL) que respaldaba el embarque, él lo puso dentro de la Tiguan, así que nos faltaba el documento principal, pero creímos que con esos datos bastaría. Decidimos reconocer el terreno y adelantar papeleo ese mismo viernes, acudiendo a las oficinas del Puerto de Manzanillo en Colón.

La realidad siguió golpeándonos cuando descubrimos que nadie conocía esa naviera ni la naviera propietaria del buque que hacía el traslado marítimo (solo las navieras grandes poseen una flota y éste no era el caso). Nadie era capaz de decirnos el nombre de las oficinas que representaban en Colón a esta naviera colombiana. Lo que sí nos informó la amable asistente del jefe de la administración de puerto, era que el Wellington Express no llegaría el sábado sino el domingo y las oficinas navieras, las aduanales y de cualquier otro tipo abrirían hasta el lunes. La Tiguan estaba más lejos aún de lo que creíamos.

El lunes comenzó el verdadero calvario, cuando, gracias a un marino que conocía el barco, por fin localizamos las oficinas de la naviera Hapag-Lloyd que recibió el contenedor con nuestro boleto de regreso a México en su interior. El nivel de burocracia y estupidez que padecimos ese día en el Puerto de Manzanillo fue tal que no pudimos ni desestibar la Tiguan ni tampoco iniciar nuestro recorrido. Es más, ni siquiera tuve el gusto de ver la flamante SUV de VW que sólo conocía en foto. Fueron dos días de los trámites más absurdos y redundantes que haya visto y para colmo sólo a Gilberto se le permitía el acceso a la zona restringida de Rorro, donde estaba el contenedor. Dado que el taxista que nos había llevado allí no tenía cambio, tuvimos que fijar un punto de encuentro donde me reuniría con Gil y la Tiguan tras cambiar el billete en un banco de Colón. Pasaron dos horas y la Tiguan ni sus luces… ni nada.

MAS VALE MARTES QUE NUNCA
Estaba empezando a impacientarme ya que todo el mundo nos había advertido de lo peligroso que es Colón. Incluso Emilio la describió con adjetivos bastante dramáticos, lo cual era preocupante si consideran que viene de alguien que en sus dos vueltas al mundo vio de todo y hasta tuvo que escapar de una tribu de caníbales que se lo querían almorzar.

De pronto veo a lo lejos un auto distinto al resto que se acercaba. Era color blanco y se notaba claramente un rack del que sobresalían dos jerry-cans rojos. Luego noté las calcomanías y estaba muy claro: ¡Era la Tiguan! Al volante venía un Gilberto Samperio muy desgastado, víctima de la incompetencia de los estibadores que no encontraban la llave. Pero al igual que yo, estaba listo para iniciar el regreso a México.

Seis días de retraso nos habían hecho replantear la ruta de regreso y para agilizar las cosas decidimos volver lo más cerca de la costa del Pacífico. Sería un recorrido de 3200km que pasaría por todos los países centroamericanos salvo Belice. Nuestro ambicioso plan implicaba recorrer 7 países en 5 días y sortear 6 fronteras hasta Tapachula en Chiapas. El itinerario debía ser planeado con cuidado, ya que cada cruce fronterizo implicaría horas de retraso y no es nada raro en estos lugares que las oficinas cierren justo cuando uno va llegando.

Para despedirnos de Panamá fuimos al extremo del Paseo Amador, también llamado Causeway, hasta la Marina Flamenco y allí comprobamos que el indicador de combustible de la Tiguan era más optimista que nosotros al comienzo de esta aventura. Ya nos habían advertido de esta falla, pero nos sorprendió que a los 385km recorridos y con la aguja marcando ¼ la Tiguan simplemente se quedara sin aliento. Por suerte esto sucedió cuando estábamos a punto de estacionar en la Marina y en todas las marinas venden gasolina para las embarcaciones. Solo hacía falta un jerry-can y de esos teníamos dos.

Otro problema que detectamos fue que no había energía en las tomas de 12v ni en del encendedor del tablero. Ninguno de los dos es fumador, pero había que conectar el GPS MIO 520 cerca de México y además yo llevaba un GPS personal con un mapa mundial que nos permitiría navegar y planear itinerarios por Centroamérica. El diagrama de fusibles del extenso manual que venía con la Tiguan nos permitió detectar el problema. Era obvio que nuestros compañeros precedentes habían tenido broncas con este fusible, ya que alguien había puesto temporalmente un fusible de 20 Amperes (que se había quemado) en lugar del de 30A que corresponde y encontramos fusibles de 30A sueltos.

MÉXICO ALLÁ VAMOS

Iniciamos el trayecto para concluir la última etapa del MÉXICO-PATAGONIA al atardecer, con un cielo espectacular y un alargado país por delante que deberíamos recorrer durante la noche. Nuestro primer destino David, capital de la Provincia de Chiriquí y última ciudad importante antes del cruce fronterizo de Paso Canoas. En David pasaríamos la noche, ya que a la frontera debíamos llegar de día.

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