La fábrica de Palencia por su parte, tras unas inversiones de 190 millones de euros, pasa a producir tres carrocerías frente a dos en la generación anterior: Mégane berlina 5 puertas (B95), Coupé (D95) y Grand Tour o station wagon (K95), que se comercializarán en los próximos meses de noviembre, enero y julio respectivamente. Si es así, en buena lógica España produciría también el Mégane Renault Sport (RS95), ya que éste se hará sobre la carrocería Coupé. Prevista inicialmente para la segunda mitad de 2009, la variante más deportiva de la gama llevará el motor 2 litros turbo, que podría pasar de los 225/230 CV actuales hasta 260.

Se ha especulado también con la posibilidad de que la versión Renault Sport del Mégane llevara un tren trasero multibrazo, pero Michel Balthazard, director de Proyectos, “no lo cree”; es decir, se mantendrá fiel a la suspensión semiindependiente mediante eje torsional. Sin embargo, asegura que el tren delantero mantendrá el pivote desacoplado del actual Mégane RS, y anticipa que Renault sí tendrá otros modelos con dos estructura posteriores diferentes para incorporar distintos tipos de suspensiones dentro de una misma familia, pero no en el Mégane. Tampoco es el caso del eje trasero directriz, un sistema relativamente sencillo, cuya implantación a lo sumo requiere reducir la capacidad del depósito de combustible.

Ya dentro de la especulación, el Mégane Renault Sport podría ser el que inaugurase el cambio de doble embrague previsto para esta gama, con el cual serán tres los automatismos a ofrecer: variador continuo CVT, convertidor de par de 6 relaciones y doble embrague.