Javier Fueyo

Volvo tiene un claro objetivo: la trascendencia. Muy pronto entenderán lo que queremos decir.

TECNOLOGÍA  es un término que todos referimos, pero que pocos entendemos. Intuimos que se refiere a progreso, a innovación, pero no alcanzamos a determinar la totalidad de este vasto concepto. No se angustien, siempre podemos recurrir a la visión de Volvo para darnos una buena idea de cuál es el camino correcto.

La tecnología robótica es uno de los campos de desarrollo más prometedores que existen en la actualidad. Los gigantescos saltos que la ciencia aplicada emprende cada día nos permiten imaginar un futuro que hubiera parecido una locura para las generaciones que nos precedieron. Se estima que tan sólo en el transcurso de dos décadas, 47% de los empleos manuales ya no requerirán la intervención de un agente humano. Todo será llevado a cabo por robots e inteligencias artificiales.

Recientemente, Volvo dio a conocer el avanzado proyecto denominado ROAR (Robot-based Autonomous Refuse Handling), iniciativa que pretende equipar camiones de basura con asistentes robóticos que descenderán hasta las calles y recolectarán los desperdicios de millones de hogares. La maniobra será realizada en total silencio y sigilo para garantizar el descanso de las personas. En teoría, los pequeños robots serán programados para repetir una serie establecida de movimientos y secuencias, por lo que será primordial que los usuarios coloquen los botes de basura en puntos específicos y en horarios determinados. Después de todo, la perfección de la máquina no puede esperar a la desidia del hombre.

Para llevar a cabo el proyecto ROAR, Volvo ha establecido una alianza de investigación y desarrollo con la Universidad Tecnológica de Chambers y con la Universidad de Mälarden, ambas ubicadas en Suecia, con la Universidad Estatal de Pensilvania en USA, así como con la empresa de reciclaje sueca Renova.