En 1963, General Motors introdujo el emblema Grand Sport para distinguir a un centenar Corvette de producción preparados para el mundo de la competición. Sin embargo, la compañía, pese al anuncio, nunca llegó a fabricarlos. Sólo 5 prototipos salieron de la factoría, los cuales fueron a parar a pilotos privados. En 1996, Chevrolet ofreció una edición limitada a 1,000 ejemplares con ese nombre para conmemorar la retirada del Corvette C4 de circulación. En 2010, varios años y dos generaciones después, el consorcio automovilístico retoma el nombre para dar lugar a una variante más espectacular de su espectacular Corvette, el cual viene a reemplazar a los Corvette con paquete Z51.
El Corvette Grand Sport es el mismo Corvette C6 de serie, tanto en carrocería coupé como cabrio. Es decir, está animado por el mismo motor LS3 con bloque de aluminio, 6.3 litros de capacidad y 8 cilindros en V que rinde 430 HP y 424 libras-pie, y al igual que el modelo de serie, cuenta con la posibilidad de incorporar un doble sistema de escape que incrementa la potencia hasta 436 HP y el torque hasta 428 lb-pie.
Entonces, ¿qué lo diferencia del Corvette estándar? Fundamentalmente que incorpora varios detalles tanto estéticos como mecánicos del Z06, colocándose como versión intermedia entre este el C6. Así, el faldón delantero y el spoiler trasero proceden del Z06. Lo mismo podemos decir de los frenos, con discos delanteros de 14 pulgadas y pinzas de seis pistones y los discos traseros de 13 y pinzas de cuatro pistones.
Además, los paragolpes delanteros y traseros-los delanteros llevan el emblema de Grand Sport integrados-, los rines de 18 pulgadas delante y de 19 detrás, y los neumáticos de medidas 275/35ZR y 325/30ZR son exclusivos del modelo.
Al igual que en el C6, los compradores tiene la opción de montar una caja de cambios manual o automática de seis velocidades (ambas con ratios diferentes al del Corvette convencional) la manual con launch control de serie.
De partida el Grand Sport tiene un precio de 54,770 dólares, 58,850 si se trata de carrocería cabrio como en nuetro caso. Nuestro unidad de pruebas, además incorporaba varios extras como sistema de navegación con radio satélite y equipo de sonido Bosé, así como un paquete Grand Sport Heritage, que lo colocaban en torno a los 77,000 dólares, por encima, incluso del Z06.
Resulta complicado apreciar esas pequeñas décimas que el Corvette Grand Sport recorta al cronómetro respecto al Corvette convencional. Siendo ambos vehículos capaces de hacer el 0 a 60 en apenas 4 segundos, es difícil notar las diferencias. Aun así, el Grand Sport significa un paso más en términos de deportividad o al menos de sensaciones deportivas. Con detalles procedentes de los Corvette superiores, el Grand Sport no sólo es más llamativo, es también algo más ágil y veloz y con mayor aplomo en rectas y algo más de agarre en tramos virados.
Esa ganancia de deportividad -y de agresividad estética- lo colocan como puente del C6 y del Z06. Lógico, por otra parte, puesto que, como hemos anotado con anterioridad está edificado sobre la plataforma del primero y cuenta con rasgos de estilo claramente procedentes del segundo.
Un Grand Sport convertible vale 5,840 dólares más que uno estándar. A nuestro juicio, esos dólares representan más que una pequeña mejoría. En ese dinero, hay una diferencia entre ser mirado y ser envidiado, una distancia entre un producto con buenos componentes y un producto con toda la "herencia" que Chevrolet es capaz de poner a disposición de sus clientes.
Un superdeportivo de 622 caballos de fuerza que acelera de 0-60 mph en 3.5 segundos.
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