Una gran opción para los que buscan un deportivo a buen precio.
Chrevrolet rescata el nombre Corvette Stingray, en un movimiento que va mucho más allá de lo puramente mercadotécnico. El nuevo muscle car con forma de pez raya se convierte en deportivo global sin perder un ápice de su espíritu genuinamente americano.
Las claves del nuevo Corvette Stingray 2014
1. Un nombre mítico
Cuando a comienzos de los 60, al creador del Corvette, el ingeniero Zora Arkus Duntov, le preguntaron por su última creación, el Corvette Stingray, él se limitó a decir: “por primera vez, tengo un Corvette del que puedo estar orgulloso de conducir en Europa”. Cinco décadas más tarde, Chevrolet en una estrategia de producto muy agresiva recupera el nombre Stingray para competir con los mejores deportivos biplaza europeos.
2. Nuevo look
El Corvette Stingray supone un notorio cambio estético respecto al Corvette que estamos acostumbrados a ver. Hasta el ojo menos experto puede asegurarlo. Con un aire a pez raya, líneas bien marcadas y una imagen más estilizada, el nuevo Stingray es un auto realmente llamativo. Pero los cambios no se quedan ahí, en el exterior. El interior también ha sido tratado con dedicación y esmero con materiales de elevada calidad y una dotación tecnológica sin parangón en Corvettes anteriores.
3. Motor eficiente
Bajo el cofre, cuenta ahora con un motor V8 más eficiente que nunca. Con 6.2 litros rinde 455 HP y 460 lb-pie de torque, cifras contundentes que, lejos de lo que podría suponerse, no sobrecargan los consumos, gracias a tecnologías como inyección directa y desactivación de cilindros. Así, el consumo medio del nuevo 2014 Corvette Stingray es 21 mpg para el modelo manual y 20 para el automático. En el 2013 Corvette C06 era de 19 y 18 mpg, respectivamente.
4. Precios
El Corvette Stingray se ofrece en carrocería coupé y convertible y en dos acabados Base y Z51, cada uno de los cuales puede mejorarse con el añadido de tres niveles de equipamiento 1LT, 2LT y 3LT. El precio de un Stingray coupe básico arranca en 53,000 USD y el de un convertible, en 58,000, pero claro está a medida que subimos el nivel de equipamiento la tarifa se encarece en unos cuantos miles de dólares. Así, un Corvette Stingray convertible como el que hemos utilizado para la realización de esta prueba alcanza un precio superior a los 70,000 USD.
Al volante del Stingray
Con la llegada del modelo 2014 a la gama Corvette, como ya hemos mencionado Chevrolet decidió recuperar la mítica versión Stingray. Hasta la llegada del modelo 2015 será el único Corvette disponible. Como nuevo producto que es, al margen de la sofisticada y llamativa estética el nuevo Stingray es algo más grande que el anterior. Cuenta con una longitud de 176.9 pulgadas, una altura de 73.9 y una anchura de 48.8, siendo la distancia entre ejes de 106.7. Esta ganancia en dimensiones no sólo suponen algo más de espacio interno, también una pequeña mejora en la dinámica de manejo, sustentada también en un chasis con mayor rigidez torsional y en un nuevo esquema de suspensiones y neumáticos. La dirección es mucho más comunicativa, a nuestro juicio, que en la generación precedente y el agarre en curvas es sobresaliente. Las ayudas a la conducción son muchas y variadas y no resultan demasiado entrometidas, permitiendo al conductor llegar a límites que en otros modelos deportivos es difícil alcanzar por las injerencias de esos sistemas.
En viajes largos, el Corvette Stingray también sabe comportarse como un gran rodador, gracias a una posición de conducción confortable y una amortiguación equilibrada.
El motor también colabora a hacer de este vehículo una de las mejores opciones del mercado de los deportivos. Con 455 caballos y 460 lb-pie hay potencia y torque más que suficiente para cualquier circunstancia de manejo. Toda esta fuerza es entregada a los neumáticos traseros mediante una transmisión automática de seis velocidades (en nuestra unidad de pruebas) con levas tras el volante. Existe una variante de siete marchas manuales con sistema rev-matching.
Para acentuar la deportividad de este modelo, recomendamos encarecidamente el añadido del opcional doble escape, que, aparte de realzar la figura del auto, suena de manera realmente llamativa.
El interior es el otro apartado que realmente destaca en el nuevo Stingray. Chevrolet no ha escatimado esfuerzos para proponer un producto capaz de competir con los mejores biplazas europeos del mercado. El diseño está claramente centrado en el piloto, quien parece sentirse en una cabina de un avión. Una nueva pantalla táctil de 8 pulgadas domina la consola central y desde ahí se puede controlar el sistema de infotenimiento MyLink para gestión todos los dispositivos y componentes con que viene dotado. El reloj de instrumentos aporta un toque todavía más sofisticado puesto que es personalizable a gusto del propietario.
Los materiales han dado un salto de calidad, con la proliferación del cuero. Los asientos sujetan bien y pueden ser mejorados con la incorporación de una variante de asientos deportivos.
El espacio para carga es de 15 pies cúbicos para el coupé, aunque en un convertible como el que probamos se reduce a 10 pies cúbicos, que no está nada mal para un vehículo de su naturaleza. El techo de lona tarda 20 segundos en surgir o desaparecer, lo cual, a nuestro juicio no es suficientemente rápido.
Rivales
Es obvio quienes son los rivales de este biplaza, todos aquellos lujosos coupes o convertibles de origen europeo, como el future BMW M4, Porsche Boxster o Porsche Cayman. El Corvette Stingray ofrece algo más de potencia y un nivel de equipamiento y de tecnología bastante similar.
Conclusión
Todos estos cambios en el Corvette, no sólo el de denominación, no han hecho mella en la personalidad profundamente americana de este icono de nuestras carreteras. Todo lo contrario, el Corvette Stingray mantiene su naturaleza musculosa que tanto gusta a este lado del Oceano Atlántico y la dota de un aire de vehículo global capaz de competir con los modelos más deportivos europeos. Sin duda, su creador estaría orgulloso.
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