El Crossman, que habíamos cazado con anterioridad en las pistas, contará con una carrocería de cuatro puertas y doble portón trasero, solución ya empleada en el Clubman. A pesar del camuflaje, el modelo definitivo parece que respetará en gran parte lo visto en el concept, con líneas suaves y una carrocería más robusta respecto a la de los Mini actuales.

Desarrollado a partir de la plataforma del hatch, el SUV podría incorporar las soluciones mecánicas de las versiones conocidas, como los motores nafteros de 1,4 y 1,6 litros con potencias de 75 a 175 HP y el Diesel 1.6 de 110 HP, al igual que las suspensiones y la transmisión.

En cuanto a la tracción, el Crossman sería la opción ideal para que por primera vez la gama incorpore la tracción integral. Se puede llegar a especular, o soñar, con un sistema de tracción total como el xDrive de BMW, pero lo cierto es que aún no hay nada confirmado.