Javier Fueyo

La precisión de la máquina jamás reemplazará la pericia del hombre.

Las máquinas han sido diseñadas para ser casi infalibles, así como para ser duraderas y de fácil mantenimiento. De esta manera aseguran su utilidad a lo largo de los años. Pero siempre hay un hombre que debe operarla, y es ahí donde tiene lugar un extraño fenómeno de fusión entre las dos entidades. La máquina se convierte en el medio para manifestar la voluntad del hombre, para transformar la materia y dominar los elementos. En la presente nota, les hablaremos acerca de un maestro artesano que labora en las instalaciones de Nissan en Japón. En los archipiélagos nipones, este tipo de maestros son conocidos como Takumi.

El torno es una de las máquinas más indispensables en los procesos de fabricación automotriz, y Tsutomu Sakuraoka es un maestro en su operación. Su maestría es tan grande que algunos lo consideran un artista, además de un sobresaliente técnico. El maestro Sakuraoka ha trabajado en Nissan desde que se graduó de la escuela superior, hace 35 años. Desde entonces, ha consolidado una impecable trayectoria como uno de los torneros más reconocidos de la industria japonesa contemporánea. Sus logros han sido elogiados por altos oficiales nipones, lo que le ha ganado una de las más altas condecoraciones civiles de su país, el Listón Amarillo del Gobierno Japonés, presea entregada por méritos a la habilidad y excelencia artesanal.

El maestro Sakuraoka reflexiona en entrevista: "La automatización ha incrementado en todos los procesos de la industria. En mi trabajo, los procesos manuales también han sido reemplazados por máquinas. ¿Pero en realidad, quiénes son los que procesan y optimizan la ciencia de la automatización? Nosotros. Claramente, somos las personas".

No se pierdan al Tamuki en acción en el video adjunto. No se arrepentirán.