Esto no quiere decir que General Motors invierta en actualizar la gama o que destine un dólar adicional para mejorar las condiciones. Tendrán que ser autosuficientes y, una vez llegue el nuevo Saturn Aura (Opel Insignia), así quedaría la gama hasta el 2012 o 2013. Bueno, no lo tomes tan literal, pues bien podría haber un recorte de modelos. De hecho, la salvación de Saturn no ha sido por la cantidad de firmas recolectadas o la cantidad de mails que ha recibido el señor Wagoner, sino porque resulta más tedioso y caro liquidar la marca ‘galáctica’.
Esta decisión tiene su lado positivo y otro no tanto. Por el lado bueno, Saturn goza de buena reputación, tiene su club de fanáticos, tiene modelos provenientes de Opel que dan por sentado buena calidad y no tiene tan malas ventas. El lago negativo es que la falta de recursos de GM hace que Saturn se vuelva obsoleta y se siga administrando mal, y así, ninguna compañía se puede recuperar. Gran encrucijada.
Robert Penske, multimillonario y empresario de la industria automotriz, quien estaba interesado seriamente en Saturn desde hace varios meses, será el nuevo propietario de la compañía. General Motors ha confirmado la aceptación de la preoferta que Penske, dueño del segundo grupo de dealers más importante de Estados Unidos, había realizado días atrás. El acuerdo permitirá, en teoría, salvar 13,000 puestos de trabajo.
General Motors y Chrysler han remitido por separado al Departamento del Tesoro de Estados Unidos sus Planes de Viabilidad para demostrar al Gobierno que el dinero prestado en diciembre está siendo bien utilizado. Ahora, ambas compañías solicitan otros 18.6 billones de dólares (2 por parte de Chrysler y 16.6 por parte de GM) para evitar la bancarrota. La petición ha sido acompañada por el anuncio de nuevos despidos. En total, General Motors recortará su plantilla en 47,000 trabajadores y Chrysler en 3,000 antes de que acabe el año.
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