Moisés Saldívar - @tu_tuiter

Imagina que eres un niño de 7 años y amante de los súper autos, un día te llevan a un concesionario de lujo (en limusina) y te puedes subir subir en los autos exóticos como en un McLaren, un Bentley o un Bugatti. Seguramente no lo olvidarías nunca. Pues eso le ocurrió a Michael, un niño enfermo de leucemia, diagnosticado el año pasado.

La fundación Make-a-wish, que lleva 30 años cumpliendo deseos, en colaboración con el concesionario Park Place Premier Collection, hicieron posible el sueño de Michael quien sólo conoce estos carros (de los cuales es muy aficionado) por medio de su consola de videojuegos, pero esto ha sido algo totalmente diferente para él. Quizas pudo haber ayudado a la publicidad del lugar, pero la cara de Michael es lo que conmueve.

Está claro que la sonrisa de un niño no tiene precio, y está bastante por encima de lo que cuesta un Bugatti Veyron Grand Sport Vitesse (2.6 millones de dólares). El responsable de llevarlo a dar la vuelta fue el piloto de pruebas oficial Butch Leitzinger de la marca Bugatti en Estados Unidos, y en mejores manos no se le podía haber puesto. Seguramente mientras iba a bordo de este super auto, olvidó todo lo malo que pasa en su cuerpo.